jueves, 18 de diciembre de 2008

Apse - Eras


Fue a finales de los noventa cuando el grupo de amigos formado por Ezer Lichtenstein, Robert Toher y Ryan Todd, decidió, por conformidad de todos sus integrantes, convertirse en una banda de rock experimental, confiriéndole un poco de musicalidad a su amistad. Los tres estadounidenses dieron en denominar su proyecto como Apse, y comenzaron a producir música de manera independiente sin tener siquiera una mera noción de lo que buscaban. De este modo, su sonido hubo de transitar un confuso camino, recorriendo el heavy metal, industrial, gothic rock, shoegaze, prog-rock, post-punk y post-rock, entre otros estilos, primando en toda su persecución la experimentación más surrealista. Asimismo, los tres amigos también sumaron tanto como restaron artistas a su empresa, y al día de hoy son seis los músicos que sellan la agrupación Apse.
Unos cuantos singles y EPS sirvieron para ganarse la buena estima de la crítica, pero en el 2006 finalmente llegó Spirit, su álbum debut, el cual los terminó de afianzar de forma rotunda. No obstante, como si la banda no se hubiese sentido del todo conforme con el sonido de su primer trabajo, recientemente acaba de poner en circulación un LP versión limitada, destinado a distribuirse sólo en Estados Unidos hasta las cien copias. Hablo, obviamente, de Eras…, un trabajo que, y según sus mismos artífices aseguran, explota todos los recursos del grupo, llevando su sonido a un plano desconocido incluso para ellos mismos. Y es que, si bien retoman temáticas ya tratadas, como por ejemplo todo lo que tiene que ver con el desquiciamiento humano, asientan para el caso, de mejor manera la música propiamente dicha; y háganse ustedes la idea…
Aunque en la carátula hallamos un bonito paisaje en el que se observa al sol en pleno albor, ganando altura lentamente entre altas montañas cuyas cimas se encuentran cubiertas por nieve y nubes…, podemos imaginar semejante postal más como una antítesis, que como un preludio de la música de Eras. Primeramente deberíamos quitar al sol del cuadro, supliéndolo por una luna ceñida casi en su totalidad por espesas nubes, de modo que la luz del astro apenas surta mínimo efecto sobre el terreno montañoso, dejándolo en cerrada oscuridad a manera de acentuar la escabrosidad que es capaz de revelar la naturaleza… Y sin embrago, todo se resume a cómo se quiera enfocar la cuestión; pero tengan por seguro que la visión de estos norteamericanos es perpetua noche negra.

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