domingo, 31 de mayo de 2009

Ghost - Freedom of Thought


Grata sorpresa ha sido para mí dar con dos propuestas de hip hop a todas luces excelentes; ayer les presenté la primera, y ahora les traigo la segunda...
Ghost es el alias artístico del británico Simon Williamson, un artista que si bien recientemente acaba de liberar su álbum debut, Freedom Of Thought, venía en la producción aproximadamente desde el año 2003. Su interés por la música se remonta a sus años mozos, tiempo en el cual solía deambular por las noches de Manchester, Derby o Glasgow, como espectador inquieto, observando, disfrutando y, más que nada, recabando información para su futuro. En las iniciaciones del siglo XXI ya se encontraba ejerciendo de dj y conduciendo su propio programa de radio, Midweek Session, el cual era el único en dar cabida al hip hop en todo Londres. En el año 2003 liberó, mediante la firma inglesa Breakin Bread, su primer EP, Ghost Stories, y éste fue seguido por unos cuantos más que, finalmente, acaban de converger en su ópera prima.
Como artista inglés dedicado a la producción de música hip hop, es del todo probable que haya recibido fuerte influencia de Ninja Tune, sello que ha revelado, a lo largo de estos últimos años, a los artífices más calificados en lo que al hip hop incumbe. Freedom Of Thought da cuenta de un excelente hip hop instrumental, en el que, además de participar los MC's de turno, también sobresale el intenso sentimiento soulful que exhala de principio a fin. Algunas pistas destacan por estar embebidas de la psicodelia propia de los años setenta, mientras que otras, aparecidas en momentos claves del disco, se revisten de ciertas trazas épicas, por describir de alguna manera ese carácter ensoñador que adoptan. Bien mirado, el álbum se traduce como un conjunto admirablemente cohesionado, en el que ninguna de sus dieciocho piezas actúa como frontera con sus inmediatas, sino que se suceden una tras otra generando ambientes en algunos casos simplemente placenteros, y en otros, altamente etéreos. El debut de Ghost es, en definitiva, un disco que lo tiene todo: el espíritu soulful, los visos bohemios, el aire callejero y el cariz homérico.
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sábado, 30 de mayo de 2009

DJ Mitsu The Beats - A Word To The Wise


Mudando un poco los aires de esta Suite, hoy he decidido traerles un poco de hip hop, un sonido que aquí no ha tenido mayor protagonismo, pero que, en cualquier caso, no desestimamos en absoluto, tanto menos aún si se trata de una producción tan decorosa como la que les traigo.
Dj Mitsu The Beats es un artista oriundo de Japón, más exactamente de Sendai. Sus primeros pasos en la escena hip hop japonesa los dio como dj, y siendo que arrancó con muy buen pie, no tardó demasiado en alcanzar cierta notoriedad, pues sus sesiones daban cuenta de una excelente técnica de scratch, y recorrían un sonido hip hop altamente delicado, de grandes dosis de jazz, funk, afro y boogie. Dado su buen desempeño, enseguida se adentró en los terrenos de la producción, en la que se despachó con unas primeras reseñas que, sin mayores dificultades, al punto trascendieron incluso más allá del perímetro de la isla nipona.
Su álbum debut, New Awakening, llegó en el año 2003, y no fue más que el comienzo de una gran escalada artística... Fue tal el impacto de su obra prima, que ésta fue el punto en torno al cual giró su posterior discografía, pues durante muchos años fue objeto de diversas reconstrucciones que incluso fueron surgiendo en diferentes series de cuantiosos volúmenes. Entretanto, Mitsu siguó adelante con su desenvolvimiento como dj grabando numerosos cd-mixed's, de entre los cuales cabría destacar aquél perteneciente a la saga Blue Impressions, de Blue Note. Asimismo formó parte de algunos proyectos paralelos, pues despachó trabajos junto a Dj Mu-R, con quien además actualmente trabaja en el trío Gagle, el cual se completa con el hermano menor de Mitsu.
Después de haber sacado todo el provecho imaginable de su ópera prima, finalmente Mitsu se despachó con su segundo álbum en largo: A Word To The Wise. El nuevo trabajo sigue, ciertamente, la traza de su antecesor, aunque conviene señalar que, esta vez, el japonés decidió abrir un tanto su abanico estilístico, dando cabida a ciertos tracks que dejan de ser hip hop para convertirse en nu-jazz o downtempo. Pero su exquisito hip hop sigue primando, exhibiendo siempre su tan característica carga de jazz, soul, funk, boogie, afro, bossa, latin y demás. Otro aspecto a recalcar es el enriquecimiento que ha recibido por el lado de las profusas colaboraciones de diversos MC's y vocalistas tales como Grap Luva, Kev Brown, Cy Young, Maspyke, Jose James, Georgia Anne Muldrow, Mathematik, Dynamic Duo o Saukrates; artistas que, si bien a muchos de ustedes no les sonarán de ningún lado, resultan ser algunos de los más destacados de la escena hip hop contemporánea, y no sólo de la japonesa, ya que muchos de ellos pertenecen a circuitos europeos o norteamericanos. En suma, la nueva entrega es, a las claras, una infraestructura que se perfila a seguir los pasos de New Awakening, puesto que, con toda seguridad, también será el eje temático recurrente de futuras reseñas.
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viernes, 29 de mayo de 2009

Sébastien Schuller - Evenfall


Son realmente pocos los artistas que, venidos de formación clásica o jazzística, logran encontrar su lugar en ese gran chiste que es la escena musical contemporánea; la venerable alineación artística que recibieron cuando jóvenes, no es más que objeto de desdeño en numerosas esferas musicales actuales. Sin embargo, en el caso puntual del clasicismo, podemos decir que en más de una ocasión lo hemos visto encontrar fraternidad con la electrónica más refinada, y aunque los artistas que lograron consagrarse valiéndose de esta fórmula son más bien pocos, es claro que valen la pena... Entre los grandes baluartes que han sabido amoldarse a los tiempos que corren con la grandeza de su instrucción y todo lo que ésta conlleva, hoy quiero aludir a ese gran guitarrista, bajista, percusionista, pianista y cantante francés llamado Sébastien Schuller, todo un ejemplo de lo que es realmente un compositor.
Se dio a conocer en el año 2005 con su álbum debut, al cual, no sin cierto dejo de ironía decidió bautizar “Happiness”, un trabajo que confeccionó con la asistencia de su propia sombra por toda compañía… Solo con su soledad intentó plasmar su pequeña felicidad, que no por pequeña se le antojó menos exacta; no obstante, pocos adivinaron felicidad cuando de adivinar se trataba, y más les pareció una tristeza disfrazada… Su penuria la llamaron, y Sébastien, sin dar mucho crédito a lo que la gente decía, declaró que acaso todo fuera producto del caos que había traído la más inclemente de las lluvias todas…, y agregó que el sol que llegó después no pudo dar a luz más que a un arco iris que sólo brilló en blanco y negro… En efecto…, cosas por el estilo dijo en aquella primera ocasión, y ahora, cuatro años más tarde, vuelve para expresar que su situación no ha cambiado demasiado…, y hasta puede que no quiera en absoluto que eso suceda, pues como él mismo dijera hace algunos años atrás: la lluvia insiste en brillar como el sol
Atendiendo al citado fragmento de su viejo tema, les puedo decir que ni en su primera entrega ni en la que nos concierne el artista se lamenta de cosa alguna, pues sus canciones son una oda de esperanza en medio de su desolación; por tanto su angustia no es tal, sino pasión; por ende su “caída” no es tal, sino un ascenso... Es probable que al encontrar en Evenfall esas delicadas pero doloridas cadencias de piano tan afines a las de Ólafur Arnalds aplastadas por la melancólica voz de Sébastien -quien se sumerge a profundidades que sólo Antony Hegarty o Patrick Watson pueden alcanzar-, concluyan en que su música es en verdad bastante sufrida, pero en su sufrimiento mismo se halla sobrentendida la resistencia obstinada, y tal es el desdoblamiento que debemos hacer para comprender por qué los títulos de sus álbumes resultan, a priori, un tanto desconcertantes… El artista no ha necesitado más que diez canciones para demostrar su determinación, y sirviéndose de su infinita pericia con la instrumentación y su enorme tacto con las programaciones electrónicas, ha vuelto a proyectar un maravilloso álbum totalmente personal, y, en consecuencia, de una intensa carga emocional… Y si piensan que toda esa emotividad avasallante que exterioriza no es otra cosa que sentimentalismo borreguil, recuerden aquel viejo dicho que reza… “la fragilidad de la copa no es debilidad, sino fineza”…
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miércoles, 27 de mayo de 2009

Emanative - Space


Emanative es el proyecto del inglés Nick Woodmansey, uno de los hijos del mítico baterista Michael Woodmansey, quien en los setenta se contó entre las filas de la banda Spiders from Mars, la cual, por entonces, fue partícipe de un magnífico proyecto de David Bowie. Todo parece indicar que Nick heredó el talento de su padre, cosa que quedó evidenciada en el año 2006 cuando el viejo Woodmansey se reunió con sus dos hijos, Nick y Dan, para llevar adelante el proyecto 3-D en medio de lo que fue, tal vez, una suerte de evocación de Spiders from Mars. De aquella parte a esta, Nick no ha permanecido de brazos cruzados, sino que, luego del éxito de 3-D, decidió llevar adelante su propia empresa: Emanative.
El año pasado nos llegó el sencillo Petite Planète, un pequeño pero sugerente avance de lo que Nick venía elucubrando en su mente. Habida cuenta de que sólo se trataba de un adelanto, igualmente la reseña supo encontrar repercusión en la crítica especializada, pues hasta el suizo más erudito en lo que a los sonidos negroides afecta, se dispuso a esperar sentado la llegada del álbum que, posteriormente, se habría de abrir con el mismísimo corte del single inicial que él mismo había destacado.
Habiendo dado su aceptación desde el principio Gilles Peterson, finalmente no pudo menos que anunciar que Space, reciente debut de Emanative, se suma a sus favoritos de este año. ¿Pero cómo consiguió Nick ganarse los elogios del implacable Peterson nada más empezar? La verdad es que su álbum primero no fue cosa suya solamente, sino producto de la confluencia de Liz Elensky y Deborah Jordan (vocales y coros), Neville Malcolm (bajo y coros), Jessica Lauren (rhodes, piano y sintetizadores análogos), Ben Hadwen (saxofón, flauta, bajo y clarinete) y, por supuesto, Nick Woodmansey (batería, samples y producción). De semejante pluralidad de talentos entrelazados en forma de banda nació Space, un compendio de catorce agraciadas piezas presentadas en clave nu-jazz; un nu-jazz casi del todo orgánico en el que, por una parte, predomina la marcada sensualidad aportada por las herramientas de viento, y, por la otra, prevalece cierta carga de psicodelia manifestada muy pero muy sutilmente... Petite Planète es la pista que con sus tímidas insinuaciones cosmic-spaceways marca la pauta a seguir desde el comienzo mismo, y si bien a poco tardar damos con algunos cortes que de manera excelente suman ciertas dosis de funk a la ya declarada propuesta de tipo espacial, el esquema no se arruina, sino que, en cambio, se enriquece sobremanera. En definitiva…, el álbum es justamente lo que indica su título, es decir, un fragmento de espacio perdido en esta tierra, ó, más bien, una huida hacia la bóveda celeste… que no en vano la agudeza de la psicodelia bosqueja para nosotros, a lo largo de todo el disco, los principales rasgos del firmamento, un abismo de luces brillantes que se nos hace onírico a más no dar…
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domingo, 24 de mayo de 2009

Flunk - This Is What You Get


Flunk es una banda noruega integrada por Ulf Nygaard (programaciones y vocales), Anja Øyen Vister (vocales), Jo Bakke (guitarra) y Erik Ruud (batería). Los cuatro componentes se agruparon en el año 2000, y a finales del mismo cerraron contrato con Beatservice Records, sello noruego que desde mediados de la década de los noventa se venía dedicando pura y exclusivamente a revelar artistas electrónicos escandinavos. Habiendo obtenido firma patrocinante en los mismos inicios del siglo, el verdadero despegue de Flunk no llegó sino hasta dos años más tarde, y fue de la mano de una estupenda reinterpretación que la banda llevó a cabo del célebre tema de New Order, Blue Monday. El cd-maxi con dos versiones del referido himno más otro tema dio crédito a la banda, y ésta, sirviéndose de la buena acogida de su música, el mismo año liberó su álbum debut, For Sleepyheads Only. En el 2004 llegó su segundo trabajo, Morning Star, y éste fue seguido por Personal Stereo en el 2007. Finalmente, este 11 de mayo pasado se publicó el cuarto álbum en largo de estos noruegos: This Is What You Get.
En mi humilde opinión, la música de Flunk tiene dos grandes influjos de los que toma para sí lo mejor, a saber, la pasión nórdica y el espíritu escandinavo. Noruegos como los que más, estos artistas no dudan en recoger el desenfado de las producciones más poperas de Sigur Rós, y las ansias de experimentación evidenciadas en las incursiones más intrincadas de Björk. En This Is What You Get nos topamos con una colección de once excelentes temas en los que Flunk se las ingenia para recorrer prodigiosamente el pop en su vertiente más indie. Y es que dando oídos al disco advertimos piezas pop del más guitarrero, otras en plan electro-pop y, por supuesto, los infaltables segmentos experimentales, es decir, en clave IDM; sin embargo, el aire que prima a lo largo de toda la obra no deja de ser, en ningún momento, de carácter pop. Siendo exquisita la música del nuevo álbum, el galardón se lo lleva, una vez más, la vocalista Anja, ya que, si es que no la escucharon antes, entra en razón aclarar que esta mujer canta en un registro muy similar al de Björk, y si bien Ulf participa en algunas canciones, su compañera logra, sin dudas, opacarlo. La impresión irreprimible que nos deja el disco es que cada una de las pistas fue construida, explícitamente, para que Anja se luzca, pues a mayor atención puesta en la escucha, más grande la convicción acerca de que así fue. En suma, sea cual fuere el hilo que Flunk siguió a la hora de hilvanar la música de su This Is What You Get, el álbum no deja de ser un muestrario de lo que es capaz de hacer esta banda, cosa que en este caso expone maravillosamente a través de un agraciado e insuperable repertorio de canciones que, si es que faltaba más, se cierra con un sobresaliente cover de Karmapolice de Radiohead.
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miércoles, 20 de mayo de 2009

Ruby Throat - The Ventriloquist


Sin encontrar novedades de mayor relevancia andando la red, y en vistas de que el blog debe ser actualizado, me despacho con un disco que, inverosímilmente, se me había quedado olvidado en medio del desarreglo inicial de este año.
KatieJane Garside es, como bien se sabe, la estrella estelar de la banda británica QueenAdreena, cosa que no le ha impedido llevar adelante diferentes emprendimientos en paralelo por propia cuenta. Entre los diversos proyectos en los que ha participado, cabría señalar su enlace con Dan Schaffer y, por supuesto, aquel otro con Hector Zazou, el cual se registró poco antes de que el francés nos abandonara. Es de entender que por medio de sus empresas paralelas esta artista siempre ha buscado, ante todo, abrirse camino hacia otros sonidos que de ordinario no le son permitidos explorar en su agrupación. Siendo así, Ruby Throat es el proyecto mediante el cual KatieJane más se ha alejado de lo que venía haciendo, pues como contraposición de la agresividad manifiesta en las producciones de QueenAdreena, finalmente la cantante pudo revelar su otra cara, es decir, su lado frágil, dulce y melancólico.
Ruby Throat surgió de propia iniciativa de KatieJane, aunque no antes de que ésta se tropezaran fortuitamente con el multiinstrumentista Chris Whittingham, hecho que ocurrió en Londres a principios del año 2007. Los dos artistas se articularon y comenzaron a trabajar en su álbum debut, el cual, luego de casi un año de gestación, se comenzó a liberar de forma independiente y limitada a finales del 2007 y comienzos del 2008. Posteriormente, dado el éxito obtenido por las distintas tiradas limitadas que el dúo había hecho de su faena, a finales del año pasado el sello Sleep Like Wolves decidió hacerse cargo de The Ventriloquist, de modo que por cuenta de la firma el álbum se empezó a publicar de manera oficial, y finalmente pudimos acceder a él.
El debut del binomio es una propuesta enteramente acústica, en la que, por un lado, valiéndose de su guitarra el propio Chris aporta las excelentes atmósferas melódicas, que bien se pueden descubrir en clave bristol o folk; por el otro, KatieJane dispone su magnífica voz en un registro por todos nosotros desconocido... Y es que esta cantante, cuya voz las más de las veces se revelaba cargada de frenesí y violencia, en The Ventriloquist decidió hacerse eco de las cadencias de la guitarra, adoptando un aire de sutileza que logra exteriorizar a través de una melancolía rayana en la tribulación, o mediante una candidez que no muy lejos pasa de la pureza... De este modo, KatieJane se ha descubierto como una artista totalmente versátil, no sólo capaz de alcanzar el arrebato más desmedido, sino también capacitada para lograr una enorme profundidad emocional que hasta nos puede recordar a ciertas incursiones de Hope SandovalThe Ventriloquist es, por tanto, el disco más maravilloso y revelador que podemos encontrar entre los diversos proyectos paralelos de KatieJane; y si es que no se habían hecho de él, no pierdan esta oportunidad…


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lunes, 18 de mayo de 2009

Lukid - Foma


Lukid es el alias artístico del británico Luke Blair, hombre del cual apenas si se puede encontrar ninguna información en la red. Accediendo a su myspace, lo primero en lo que reparamos es en que se evadió bastante bien a la hora de redactar alguna información respecto de sí, aunque, por otro lado, también se puede decir que lo poco que alcanzamos a leer es, sin lugar a dudas, del todo revelador: sin hacer referencia a su relación con la música, por medio de una sola oración Luke nos señala que su infancia no fue del todo feliz; que antes que poner cuidado en él, sus padres tenía cosas más importantes que hacer y que, en suma, lo mejor era no ahondar en el tema y poner punto final a su proyecto de auto reseña. No obstante el resentimiento que parecen reflejar sus palabras, su música es, por el contrario, un dechado de armonía, que bien podría oficiar de banda sonora en una hipotética declaración de amnistía…
Se dio a conocer en el año 2007 con su álbum titulado Onandon, y, entre alguna que otra reseña menor, a principios de este 2009 liberó su segundo larga duración, Foma. Debido a sus influjos, que comprenden artistas como Boards of Canada o Autechre, su música se ha definido como hip hop instrumental de trazas jazzeras, lo que no deja de ser una ilustración un tanto precaria, pues la cuestión no es tan sencilla, tanto más cuanto que este hombre gusta de sumergirse de lleno en la experimentación… Como lo hiciera en su debut, en su nueva entrega Lukid nos presenta un complejo sonido compuesto de hondos colchones ambientales que flotan hechiceramente sobre enrevesadas piezas IDM, trip hop, dubstep o downtempo; las líneas de bajo sinusoidales aportan la energía mientras que, venidas de órganos o pianos, las melodías de carácter minimalista contribuyen a imprimir el hipnotismo que prevalece a lo largo de las once pistas. Aunque se podría decir que la música de este inglés goza de cierta versatilidad, antes bien, cabe aclarar que la profundidad y la delicadeza que consigue en ella la vuelve, indudablemente, totalmente única e inconfundible. Es bien claro que Foma no es una propuesta propia para el club, sino que, debido al cariz ensoñador que adopta, invita a abandonarse completamente a la relajación…
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sábado, 16 de mayo de 2009

Danger Mouse And Sparklehorse - Dark Night of the Soul


Ya en el año 2006 se había registrado una colaboración entre los norteamericanos Brian Joseph Burton, más conocido como Danger Mouse, y Mark Linkous, alias Sparklehorse, cuando este último acudió al primero en busca de asistencia para crear su álbum titulado Dreamt for Light in the Belly of a Mountain, el cual además terminó contando con otros importantes colaboradores. En vistas del buen resultado que habían obtenido actuando en conjunto, enseguida empezaron a correr los cuentos que afirmaban que, de un momento a otro, los dos artistas volvían a conjugarse. Mientras tanto, Danger Mouse y Sparklehorse se tiraban flores recíprocas, cosa que aumentaba más aún la expectativa y confirmaba, en medida de lo posible, los rumores que se daban. Sin embargo, el tiempo pasó y, finalmente, no tardaron mucho en expirar todas las esperanzas de verlos juntos una vez más.
Tres años después, cuando ya casi nadie recordaba aquél primer enlace, Danger Mouse y Sparklehorse no sólo han decidido reaparecer firmando un álbum en conjunto, sino que para la confección de éste han convocado a Gruff Rhys, Black Francis, Wayne Coyne (The Flaming Lips), Julian Fernando Casablancas (The Strokes), James Mercer (The Shins), Jason Lytle (Grandaddy), Nina Persson (The Cardigans y A Camp) e Iggy Pop; una confluencia de prestigiosos talentos actuales y grandes leyendas de la música que, sin lugar a dudas, tiene que tener, por fuerza, la facultad de dejar al álbum en algún punto a medio camino entre el atractivo contemporaneo y la magia épica. Dark Night of the Soul es justamente eso, una propuesta exhibicionista que, por esta misma razón, ya se pronuncia a ser una de la más ostentosas de este año. Recorriendo diferentes estilos con claro predominio por parte del pop, el disco entrelaza a las mil maravillas la electrónica de Danger Mouse con la tan conocida tristeza de Sparklehorse, a través de trece pistas de entre las cuales cada una goza de una identidad propia forjada por quien aporta sus vocales; no obstante, el disco no deja de ser un todo en concreto, claramente identificable como un cruce entre Danger Mouse y Sparklehorse que se vio enriquecido abismalmente con la participación de artistas intachables. Y si es que alguien necesita una última sugestión, les cuento que los videoclips correspondientes a este Dark Night of the Soul corren a cargo de ese gran cineasta llamado David Lynch.
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Yppah - They Know What Ghost Know


Tal y como les había anunciado el mes pasado cuando les facilité el EP Gumball Machine Weekend de Yppah, no habría de pasar mucho tiempo hasta que este artista liberara su segundo álbum en largo, They Know What Ghost Know… Y es que el bienhechor de Yppah, Ninja Tune, ya mismo está estrenando el álbum en el Reino unido, Japón y Australia, mientras que en función del éxito que su difusión obtenga en las referidas tierras a lo largo de todo este mes, posteriormente lo publicará en Estados Unidos… Indistintamente, el caso es que ustedes, sin importar de dónde sean, ya lo pueden conseguir en esta misma Suite.
Según ya había referido, la música de José Corrales Jr. se concierta a partir de grandes dosis de shoegazing, electrónica y soul y rock psicodélicos, exhalando, finalmente, un gran sentimiento big beat muy particular, que se yergue, principalmente, sobre percusiones orgánicas. Así diciendo, nos podemos hacer a la idea de que este They Know What Ghost Know se allana camino en el mismo sentido que su antecesor, aunque, tal vez, puede que logre recabar mayor profundidad. De entre sus principales influencias, esta vez Yppah decidió hacer mayor hincapié en el legado que él mismo recibió de My Bloody Valentine, de modo que a partir de este punto se puede comprender que el álbum constituye un apasionante acercamiento a uno de los más grandes exponentes del shoegazing… De este modo, el artista ha reavivado, para alegría de todos, esas guitarras que en medio de la psicodelia se realzan tan retorcidas como todopoderosas; tan capaces de corroer mentes como de embriagarlas con idilios ambientales abrumadores… Entre los espesos climas que en su “homenaje” logra vivificar, se entrelucen, como a duras penas, frágiles voces femeninas que, como exigidas sobrenaturalmente, consiguen emerger en medio de la densidad atmosférica con frases apenas balbuceadas, que confundiéndose en un todo avasallante, pasan totalmente inadvertidas por el oyente. They Know What Ghost Know es un disco que por medio de sus doce pistas exhibirá igual capacidad para sumir a quien lo escuche en el ensimismamiento más contemplativo, o levantar al abstraído del más inverosímil enajenamiento; un disco que, sea el caso que fuere en el que uno se encuentre, siempre operará de complemento emocional. Sin dudas Yppah se ha venido con ganas en este álbum, y siendo así, no menos que interés debemos poner en él…
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martes, 12 de mayo de 2009

Laurent Garnier - Tales Of A Kleptomaniac


Si bien es un artista de origen francés, ciertamente Laurent Garnier dio el paso más trascendental de su carrera en Inglaterra, ni más ni menos que en el célebre club The Hacienda de Manchester. Es claro que desde su adolescencia venía pendiente de los cambios que se estaban gestando en la escena musical, y siendo que incluso él mismo había experimentado con la música por propia cuenta, la cosa se inició cuando en 1984 empezó a trabajar como camarero en la Embajada Francesa de Londres. A poco tardar, en 1987, el revelador y confuso panorama musical que tenía lugar en Inglaterra tiró de Laurent hacia el mismísimo meollo del asunto, es decir, hacia Manchester. El francés enseguida logró trabar amistad con el dj residente del club Hacienda, de suerte que no a mucho empezó a tocar bajo el alias Dj Pedro; y aunque sólo estuvo un año en el reputado club, es incuestionable que lo tal ofició como detonante de su prolífica y magnífica carrera.
A principios de los noventa se encontró nuevamente en Francia, y llevado del impulso que ya traía desde Inglaterra, comenzó a hacer de las suyas en su país natal… Al tiempo que echaba manos a sus primeras producciones, su segundo objetivo fue ganarse unas cuantas residencias en algunos de los más reputados clubes franceses, y, acto seguido, en 1994 logró abrir las puertas de su propio sello, F Communications, el cual nació gracias a la ayuda de su amigo Eric Morand. Con algunos EPS publicados, el mismo año de la inauguración del sello Laurent lanzó su álbum debut, Shot In The Dark, y a éste siguió su segundo trabajo, 30, en 1997. En las puertas del nuevo siglo el francés ya se encontraba más que afianzado en la escena electrónica, pues no sólo contaba con la aprobación de sus seguidores, sino que por entonces su notoriedad como dj-producer le había acarreado diversos galardones, que no sin merecerlos le fueron llegando, uno tras otro hasta el día de hoy.
El año 2000 vio surgir su tercer álbum en largo, Unreasonable Behaviour, y no fue sino hasta el 2005 que apareció su cuarto trabajo, The Cloud Making Machine. Entre tanto tuvimos un álbum en vivo, una retrospectiva y, a distancia de cuatro años sin novedades contundentes acerca de Laurent Garnier, recientemente acaba de llegar su quinto larga duración: Tales of a Kleptomaniac. Parece mentira que este artista, que en base a su trayectoria se ha sabido forjar una válida nombradía en la escena electrónica, recién sume cinco álbumes de estudio; ¿o es que se volvió prestigioso debido a su trastorno impulsivo, es decir, a fuerza de robarles el talento a los demás artistas, y ahora nos lo quiere contar todo? De la misma manera en que lo había empezado a hacer en su Unreasonable Behaviour, a través de estos “cuentos de un cleptómano” Laurent recorre una amplia gama de estilos que van desde trip hop y dubstep, pasando por break beat y drum and bass para llegar finalmente al sonido techno que lo catapultó a la fama. Esto ya no debe sorprender a sus seguidores, tanto más cuanto que en este nuevo trabajo las once pistas que lo conforman se encuentran a cuál más trabajada y mejor terminada; el hecho de que el viaje se suceda a través de diferentes registros no significa que pierda su atractivo, sino que, por el contrario, contribuye a fortalecerlo... Tales of a Kleptomaniac nos deja bien en claro que las capacidades de su hacedor están al cien por cien, y que, por tanto, hemos de tener Laurent Garnier por unos cuantos años más…
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L'Orchestre National De Jazz - Around Robert Wyatt


L'Orchestre national de jazz es un proyecto nacido en 1986 por iniciativa del Ministerio de Cultura francés, el cual, en aquel tiempo, era conducido por Jack Lang. La intención fue formar una orquesta que había de ser dirigida por un director artístico que, es de entender, debía de ser seleccionado por el propio Ministerio de Cultura, y su mandato al frente de la orquesta podía alcanzar hasta los tres años, con posibilidad de ser electo nuevamente. Siendo una empresa totalmente subvencionada por el estado, con total libertad para producir su música y divulgarla en todo el mundo, es bien claro que aún sigue en activo, y bajo precepto de su décimo director artístico, Daniel Yvinec, la big band acaba de liberar un nuevo álbum: Around Robert Wyatt.
Daniel Yvinec es un artista multiinstrumentista curtido en las escenas jazz y nu-jazz, en las que hace mucho tiempo viene desenvolviéndose tanto en calidad de solista, como así también en colaboración con otros artistas, de entre los cuales se cuentan grandes talentos como Ryuichi Sakamoto, David Sylvian, Hector Zazou, Suzanne Vega, Guillaume De Chassy o el dúo Dead Can Dance. Debido a su exuberante expediente, que a las claras lo señalaba como un artista idóneo para dirigir a la orquesta, el año pasado fue contratado para llevar adelante lo que se definió como “un proyecto audaz y exigente”, el cual consistía en reinterpretar composiciones de la mítica banda inglesa Soft Machine. Aparte de Yvinec, para la supervisión de semejante tarea también se sumó el propio fundador de la agrupación, Robert Wyatt, quien no sólo se limitó a controlar lo que se hacía de su obra, sino que, en compañía de unos cuantos artistas ajenos a Soft Machine y a la propia big band, también tomó parte en lo que se daba.
Tal como indica el título, Around Robert Wyatt es una suerte de reconstrucción de la faena de este precursor de lo que actualmente se podría abreviar como jazz-rock progresivo. Habida cuenta del cariz del emprendimiento, cabe señalar que el punto fuerte no es el hecho de reinterpretar algunos de los temas más representativos de Wyatt en clave jazz, sino que el quid se cimienta en la apertura de la big band, puesto que ésta, de cara a la confección del álbum, dio admisión a los cantantes Yael Naim, Rokia Traoré, Daniel Darc, Arno y Camille, al pianista Eve Risser y a la actriz Irène Jacob. Con una dirección intachable de Daniel Yvinec y una edición final no menos que de subrayar a cargo de Vicent Artaud, es evidente que la añadidura artística de calidad cinco estrellas ha concedido a las composiciones del inglés nuevos bríos; en algunos casos para bien, y en otros, puede que no tanto… De cualquier modo, saquen cuentas luego de reparar en que esto de los homenajes se la ha dado bien a L'Orchestre national de jazz, pues ya en el año 2006 había obtenido laureados reconocimientos por cuenta de un tributo a Led Zeppelin, y ahora, de mano de Around Robert Wyatt, ya está dando que hablar otro tanto…
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viernes, 8 de mayo de 2009

Park Avenue Music - By Hearts + Horses


Park Avenue Music es, en esencia, un dúo formado por los norteamericanos Wes Steed, quien se encarga de las elaboraciones electrónicas y los sintetizadores, y Jeannette Faith, vocalista y pianista. Si bien se trata de un dúo, durante el proceso de la elaboración musical suele contar con diversos colaboradores, entre los que por lo general se cuentan músicos de formación clásica. Y es que el proyecto tiene como objetivo construir música electrónica experimental de grandes dosis orgánicas, apartado, este último, en el que entra en escena la instrumentación real de cariz clásico. Se dieron a conocer en el año 2001 con su ópera prima titulada To Take With You, la cual fue seguida por For Your Home Or Office en el año 2004 y, finalmente, a mediados del 2008, apareció el álbum que les presento: By Hearts + Horses.
El sonido de Park Avenue Music, que en principio se mostraba cargado de electrónica y apenas si contaba con alguna adición instrumental, poco a poco se ha ido sometiendo al minimalismo, y siendo así, en su último álbum observamos cómo se ha invertido la situación, pues en él la pauta es marcada por el piano, y en torno a éste florecen lentamente tímidas construcciones electrónicas, principalmente pequeños clicks y demás sonidos glitchy's, que apenas si logran cosquillear nuestros oídos. En By Hearts + Horses, además de que Jeannette logró dejar bien en claro su infinito virtuosismo al piano, construyendo fragmentos que hasta nos pueden recordar a maestros como Satie o Sakamoto, Wes hizo todo el gasto imaginable de sutileza construyendo frágiles sonidos que por todo fin tuvieron el de acompañar armonizadamente a las mágicas notas del piano; también cabe sumar el talento de Gretchen Lehtonen al violonchelo, Harrison The Cat tocando las campanas y Gordon McIntyre, quien aporta sus vocales en la tercera pista. De este modo, el álbum se derivó en una avasallante poesía musical que se pronuncia a través de diez apasionados versos, los cuales, por momentos nos oprimen con su melancolía embriagadora, y en otros, nos avivan con segmentos rutilantes que no se logran olvidar así como así… Valdría decir que con esta obra narcótica han alcanzado el pináculo de excelsitud en su carrera, por lo que este es el álbum más exquisito de la faena de estos norteamericanos, cosa que bien merecida tiene…
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William Orbit - My Oracle Lives Uptown


Poco cabría decir acerca de este intachable artista inglés… William Wainwright, más conocido como William Orbit, viene en la producción desde mediados de los ochenta, y al día de hoy, en cuanto a ella debemos decir que no sólo se resultó en una inmensa y exuberante discografía, sino que este inglés además suma a su expediente diversas colaboraciones con celebérrimos artistas como U2, Madonna, Sugababes y tantos más. Su fórmula del éxito, por decirlo de alguna manera, siempre fue el ahondamiento en los terrenos de la música electrónica atmosférica, cosa que ha llevado adelante sirviéndose de bases house, trip hop, downtempo o breaks, alcanzando, las más de las veces, climas cuyas reconditeces le fueron proporcionando, a través del tiempo, la merecida distinción de la que hoy en día hace gala su persona.
En el año 2006 liberó su álbum número ¿?, Hello Waveforms, y seguidamente se tomó un pequeño retiro espiritual para retornar, en definitiva, este mismo año, con su My Oracle Lives Uptown. Como bien se sabe, la música de William Orbit no ha variado mucho con el paso del tiempo, no obstante lo cual, por el contrario de lo que se pueda pensar, tal parece que su constancia aún no ha cansado a sus seguidores, y su lealtad a la vieja escuela sigue todavía manifiesta, yendo más allá de los valores pasajeros. Como quien no viaja dos veces al mismo sitio, Orbit, por medio de su música, siempre nos ha sabido transportar a los más excelsos parajes de esta tierra, e incluso, más de una vez nos arrastró fuera de ella: My Oracle Lives Uptown no es la excepción. El nuevo álbum bien podría haber sido la banda sonora de la serie Cosmos, lo mismo que en nuestros días formar parte de algún proyecto de ciencia ficción; trazando atmósferas que van pendiente arriba con ánimos de tocar el sol, para poco después declinar hasta el fondo de abismos velados al común de la gente, las doce pistas de My Oracle Lives Uptown son, una vez más, una expedición hacia dominios subrepticios. Con la participación de unos cuantos vocalistas que apenas si llegan a susurrar alguna que otra frase, juegos maravillosos en los teclados, sutiles guitarras y unos pads eternos, lo nuevo de Orbit se vuelve perfecto como medio para realizar un gran viaje sin necesidad de llevar equipaje…
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Annakin - Torch Songs


Annakin es el proyecto personal de la vocalista y compositora suiza Ann Kathrin Lüthi, mujer que se había introducido en la música a mediados de los noventa como cantante de la agrupación trip hop Swandive, la cual se completaba con Lorenz Haas, Marco Neeser y Ali Salvioni. Siendo que junto a la agrupación llegó a grabar dos álbumes en largo y un cúmulo de reseñas menores, viene a colocación referir que debido al camino evolutivo que Swandive fue recorriendo durante su tiempo de vida, finalmente llegó por sí sola a una encrucijada, y en ésta tuvo que decidir entre abrazar directamente la música pop, o desarticularse; aproximadamente en el año 2002 cada cual marchó por su lado... Poco después, dado el amor que Ann profesaba a la música, resolvió iniciar su propia empresa como solista, y conjugando sus nombres adoptó el alias Annakin (que es bien claro que nada tiene que ver con aquel prominente caballero de la Orden Jedi), y valiéndose de él en el año 2007 lanzó su álbum primero, Falling Into Place, y recientemente acaba de despacharse con su segundo trabajo, Torch Songs.
Es de entender que Ann, aunque en principio no lo haya querido así, dio en extender la senda trazada por Swandive, y, como si faltara más, también se animó a dar el paso que aquella no quiso dar, es decir, se terminó adentrando en los dominios del pop. Si escuchamos su nuevo álbum no tardamos en advertir que, si bien lo suyo es el trip hop, su propuesta exterioriza ciertas trazas poperas, y es que tal es la idea que a la postre asaltó a esta artista. Siguiendo la fórmula utilizada en la confección de su debut, Torch Songs se deriva de una fusión de instrumentación real (batería, guitarras y las herramientas de viento de las que esta suiza tanto gusta, como flautas, clarinetes, trompetas o el fiscorno) y buenas cuotas de electrónica, cosa que en este caso no llevó adelante por sí sola, pues en este sentido cabe decir que mientras Jono Buchanan se encargó de la producción del álbum desde Londres, Annakin llevó a cabo la tarea creativa en Zurich, esta vez, asistida por Matthias Kräutli (baterista y cantante) y Adrian Weyermann (guitarrista y cantante). El apartado de las canciones, tanto por su origen como por su ejecución, corre enteramente por cuenta de Ann, pues por medio de ellas logra exteriorizar su profundo mundo interior, a veces con ciertas dosis de poesía, y otras, llevada de una irremediable melancolía… Por todo lo dicho, podemos figurarnos que su segundo trabajo no es una de esas ofertas de trip hop desasosegante, lo mismo que tampoco es un pastiche popero de poco vuelo, sino que halla un equilibrio entre ambos extremos, encontrando así sus seguidores, tal vez, entre aquel público colgado a medio camino…
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jueves, 7 de mayo de 2009

Nostalgia 77 Sessions Feat. Keith & Julie Tippett


Estas Sesiones, a las que hace referencia el título de la reseña, son la nueva empresa del inglés Benedic Lamdin, hombre bien conocido por todos nosotros. Para este ensayo, el protegido de Tru Thought ha decidido contar con la asistencia de su bajista del Nostalgia 77 Octet, Riaan Vosloo, y juntó a él se lanzó en miras de abordar esta colaboración con virtuosos de la escena jazzística. Siendo así, entra en razón aclarar que el asunto no gravita en la simple confluencia de talentos, sino que la idea de Benedic es efectuar una suerte de cruce generacional, de lo que se deduce que, sin lugar a dudas, los artistas invitados son, por fuerza, viejos veteranos vinculados al jazz. Para esta entrega, el inglés escudriñó entre sus grandes referentes, y tomando como punto de inicio una vieja grabación de un LP de 1971 llamado Septober Energy, intentó ponerse en contacto con algunos de sus artífices a fin de requerir sus aportes.
Septober Energy se contó dentro de las pocas reseñas liberadas por la big band británica Centipede, la cual, en su tiempo, era liderada por el pianista Keith Tippett, quien, para su creación, había reunido a más de cincuenta jóvenes ingleses. Entre los numerosos músicos de jazz y rock que constituían la big band, figuraba la esposa del líder, la cantante Julie Tippett. De aquella parte a esta, podríase decir que los artistas en cuestión han llevado a cabo un ampuloso desenvolvimiento en el panorama de la músical negra, que en suma, comprende poco más de cuarenta años, puesto que al día de hoy siguen en activo. Además de que en la actualidad participan en diferentes festivales de jazz, también forman parte de un proyecto educativo, cuyo propósito es compartir su vasta experiencia con artistas de las nuevas generaciones.
Por medio del referido proyecto movido por los Tippett’s fue como Benedic tomó contacto con ellos, y no a mucho comenzaron a trabajar juntos en la empresa Nostalgia 77 Sessions. Si advertimos que por un lado tenemos a Nostalgia 77, uno de los grandes baluartes del nu-jazz contemporáneo, y por otro, a los Tippett’s, grandes artistas que hicieron historia en el jazz y sus derivados, podemos comprender que la conjunción de tales peritos puede derivarse en una propuesta a todas luces tentadora. Juntos los cuatro (recordemos que también participa Riaan Vosloo), han tomado elementos de jazz, soul y blues, para urdir, con plataforma a medio camino entre acústica y experimental, una sesión claramente atemporal. Y si bien siempre se dice que el recíproco repudio entre distintas generaciones es cosa de todos los tiempos, bien mirada la intersección entre estas dos, podemos decir que estamos ante una axiomática excepción, pues la distancia generacional no fue obstáculo para que esta gente haya sabido encontrar afinidad a la hora de acoplarse con fines artísticos; y si es que tienen dudas, echen oídos a este Nostalgia 77 Sessions Feat. Keith & Julie Tippett
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lunes, 4 de mayo de 2009

God Help The Girl - God Help The Girl


No sabría con certeza si lo primero que se gestó en la cabeza de Stuart Murdoch fue el guión para una película hipotética, o un buen puñado de canciones que a la postre dieron lugar a la posibilidad de que, a partir de ellas, se pudiera concebir un musical. Lo cierto es que la cuestión se inició en el año 2007, cuando a Murdoch se le ocurrió llevar adelante unas cuantas ideas que habían germinado en su mente, cosa que, por motivos personales, no podía madurarse por medio de Belle & Sebastian, sino que ésta debía adoptar un nuevo alias, y además requerir de la colaboración de tres vocalistas ajenos a la banda, que por motivos incógnitos debían ser dos chicas y un chico. A renglón seguido, el año pasado se hizo una audición mediante la cual los cantantes exhibieron sus virtudes reinterpretando un par de temas de los de Glasgow, y entre más de cuatrocientos comparecidos, finalmente la suerte corrió a favor de Catherine Ireton, Neil Hannon (The Divine Comedy), Britanny Stallings, Asya (Smoosh) y Dina Bankole, de suerte que la pauta inicial que indicaba que los vocalistas debían ser tres, perdió su efecto, y el elenco se amplió… Una vez seleccionados los cantantes, el mentor de todo esto facultó al compositor Rick Wentworth para que desde Londres éste se encargara de los arreglos orquestales, lo cual llevó a cabo dirigiendo prodigiosamente a una orquesta de más de cuarenta músicos. En último lugar, una vez Wentworth hubo despachado su material hacia donde se encontraba grabando la banda, Glasgow, los integrantes de Belle & Sebastian y adición se pusieron a trabajar, y finalmente ya estamos autorizados a confirmar que todo llegó a buen puerto, puesto que ya mismo circula por la red el álbum homónimo de God Help The Girl.
La intención principal de Murdoch era lograr remitirnos a las primeras producciones de su agrupación, idea que, paradójicamente, surgió a partir de una canción que según el propio escosés refirió, no podía ser de Belle & Sebastian. Al primer fragmento pensado por el artista, siguieron unos cuantos más, y en este sentido su concepción creció a punto tal, que no a mucho tuvo hilvanada lo que él mismo definió como “la espina dorsal de una narrativa musical”. De este modo, y aunque esta infraestructura sonora llevó unos cuantos años de gestación, lo primero que advertimos es que la lírica no está a la altura que Murdoch nos tenía acostumbrados, y asimismo, lo tal no hace mella en el acabado final del trabajo. Y es que las participaciones de los vocalistas, principalmente los aportes de Catherine y Neil, logran transmitir a las canciones fraguadas por el líder de Belle & Sebastian un inequívoco aire de exquisitez, e impregnando éste toda la obra, el remate se corona con los excelentes arreglos orquestales. Las piezas se suceden de forma inmaculada una tras otra, en algunas ocasiones recordándonos al pop de los años sesenta, y en otras, sonándonos de carácter más ochentoso. El álbum homónimo de God Help The Girl se podría abreviar como una suave y delicada conjunción de elementos propios del pop, el folk y lo que se conoce como modern classical; una unión de diversos géneros que sin dudas manifiesta, a voz en grito, todas las señas exclusivas de Belle & Sebastian, lo que no es óbice para agregar, además, que lo que siempre distinguió a los de Glasgow ahora surte mayor efecto debido a la añadidura de nuevos talentos, encontrando así, tal vez, mayor trascendencia. Puede que se eche en falta la propia voz de Murdoch, pero luego de unas cuantas escuchas esta falencia se ve reparada, e incluso podemos percibirnos más enriquecidos que de ordinario. Por lo demás, lista ya la música y complacido ya el público, sólo resta depositar nuestras esperanzas en la película que tendrá como eje temático a este espectacular soundtrack, que si no me equivoco, se empezará a rodar a principios del año 2010.
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domingo, 3 de mayo de 2009

My Toys Like Me - Where We Are


De la propia iniciativa de los londinenses Lazlo Legezer, hombre que a la sazón contaba con un buen prontuario remitido por la escena sound system, y Frances Noon, vocalista cuyas virtudes eran indispensables a la determinante hora de consolidar una empresa del cariz que ésta iba tomar, nació, a principios del año 2006, el proyecto My Toys Like Me. Su carrera artística se apuntaló, en principio, sobre la vitalidad de la cual siempre supieron hacer gala en sus presentaciones en vivo, tanto más cuanto que sus publicaciones han sido menores e insuficientes todo este tiempo, y por cuenta de ellas no han tenido demasiado alcance. No obstante, a medio camino entre sus inicios y los días que corren, el dúo original incorporó a Charlie Boud y Alfonso Pisanelli, y junto a ellos pusieron manos a la obra y ya mismo tienen a punto su álbum debut, Where We Are, el cual será lanzado al mercado oficialmente el próximo 11 de mayo, por cuenta del sello inglés Dumb Angel.
Puesto que el álbum se deriva de una conjunción de diversos estilos musicales como dub, trip hop, club, electro y otros más, el clasificar su música dentro de un solo apartado se nos hace, ciertamente, una proeza imposible. Las once pistas constituyen un animoso desplazamiento que nos puede remitir a la escena rave de los noventa por medio del abuso de líneas de bajo y sintetizadores propios del drum and bass de aquella época, lo mismo que reubicarnos en el presente con un synth-pop sumamente innovador, que en muchos casos incorpora el ruidismo proporcionado por los clicks y cortes; y es que a este respeto Lazlo ha rebuscado dentro de su propia caja de juguetes preferidos, y a partir de los elementos encontrados, ha reinventando lo que tenía en sus manos con la ayuda del resto de los integrantes. Frances, por su parte, cuenta de una disposición excepcional para cantar en diferentes registros, de modo que conduce este viaje de manera única, sin quedarse a la zaga en ningún recodo del intrincado camino. Por momentos, debido a ciertas incursiones de Frances, he dado en recordar a Lily Allen, y ante el desconcierto, mi mente finalmente tradujo toda la cuestión como si se tratase de una Lily Allen ciertamente más evolucionada, palpablemente vanguardista. Por lo que resta, sobre seguro que Where We Are terminará de persuadir a los que ya venían siguiendo a estos ingleses, mientras que para aquellos que no conocían a My Toys Like Me, seguramente el álbum constituirá una grata invitación a embutirse de lleno en la escena poptrónica…
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