martes, 29 de diciembre de 2009

Owen Pallett - Heartland


Como es sabido, de cara a la publicación de su nuevo álbum Owen Pallett había decidido abandonar su distintivo Final Fantasy, por lo que Heartland aparecería registrado bajo su propio nombre. Es claro que los del popular juego intimaron al artista a que renunciara a distinguirse a costas del nombre de su obra, de modo que el cambio no es sólo un síntoma de madurez artística, sino que de por medio hubo una gruesa demanda judicial. Con todo, desatendiendo esas minucias semánticas que rodean al nuevo trabajo de Pallett, el caso que si bien el álbum sale a la venta oficialmente el próximo 12 de enero, ya se ha filtrado en la red, de suerte que más conviene comenzar a degustarlo ya mismo.
Los doce tracks de Heartland exhiben el mismo sonido que siempre caracterizó a Pallett, es decir, una agraciada y personalísima conjunción entre pop de autor y música académica moderna de la más delicada. No obstante, en esta ocasión todo se percibe más minucioso que de ordinario, y, en consecuencia, de mejor acabado estético. Tal vez todo se deba a que este señorito ya se encuentra en una faceta artística más elevada, y en parte también, a la mano que le han echado la Czech Symphony Orchestra y su amigo Nico Muhly, otro gran artista de alineación clásica que, por su parte, se adjudica colaboraciones con artífices tales como Antony and the Johnsons, Björk y Grizzly Bear, entre otros tantos.
Heartland es un álbum temático que gira en torno a las peripecias de un peculiar personaje llamado Lewis; básicamente, el héroe de la historia decide plantarle cara al Todopoderoso. Y si bien hay muchas narrativas musicales que se nutren del tópico de excéntricos personajes que se figuran luchar contra fantasmas, la de Pallett no es especial sólo porque su estrella se enfrenta al fantasma más popular de todos los tiempos, sino porque su música evidencia belleza por los cuatro costados, aunque por otro lado, su característico histrionismo sigue latente como siempre.
La odisea de Lewis es narrada elocuentemente por el propio Pallett, quien una vez más hace todo el gasto de sus virtudes vocales, por momentos incluso sobresaliendo por sobre las delicadas construcciones sonoras dejando así más florido todo el asunto; a veces bajo un marcado halo de oscuridad y otras difundiendo notoria luminosidad, las piezas se suceden como si del pasar las hojas de un mágico cuento de hadas se tratara. No caben dudas de que el exhibir cierto atractivo homérico es algo que siempre se le dio bien a Pallett, pero en Heartland ello aparece perfectamente cohesionado, a punto tal que nadie se atrevería a saltearse ni tan siquiera un solo track. Asimismo, otro fuerte del álbum es que, como invención músico-literaria sin par, para disfrutarla no hacen falta de por medio imágenes que hagan alarde de grandes efectos especiales, pues a éstas las generan nuestros cerebros sugestionados de la enorme grandilocuencia sonora. Tal vez temas como Midnight Directives, The Great Elsewhere, Lewis Takes Off His Shirt, E Is for Estranged o Tryst With Mephistopheles sobresalgan un tanto por encima del resto, pero en cualquier caso, lo cierto es que en general no hay desperdicio alguno…
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domingo, 27 de diciembre de 2009

Nils Frahm - The Bells


Continuando con la línea de músicos de formación académica, hoy quiero que conozcan a un talento emergente al que no se le debería perder pisada de ahora en más.
Nils Frahm es un pianista alemán que se dio a conocer en 2008 tras muchos intentos fallidos por contactar a Peter Broderick, que no es otro que el encargado de la serie Solo Piano que edita el sello sueco Kning Disk. Resulta ser que Nils había intentado enviar su material musical a Peter más de una vez, pero por una u otra razón éste no recibía nada. Finalmente, ambos se encontraron en un concierto que llevara adelante Peter, y fue ahí donde trabaron relación; esa misma noche Broderick escuchó unas demos del pianista novicio y quedó prendado de su música.
La totalidad de las improvisaciones de piano de The Bells se grabaron en la iglesia berlinesa Grunewaldkirche, la cual en la actualidad se reserva cierto prestigio debido a que en otros tiempos la Berlin Radio Symphony Orchestra o la Berlin Philharmonic Orchestra la visitaban y grababan en ella piezas de Bach, Strauss, Beethoven y demás. El caso es que, bajo consejo de Peter y sugestionado también por la magnificencia del templo, Nils se dio a lo suyo e improvisó música durante poco más de cinco horas. A la postre, se recogieron en The Bells los mejores momentos habidos en el profuso material registrado, de modo que, es de entender, alguna que otra pieza ha quedado afuera. Con todo, el álbum cuenta de once fragmentos pasmosos lo infinito, que ponen a Nils Frahm en la mira de todo melómano que se precie de tal.
Quienes disfruten con los solos de piano de artistas como Yann Tiersen, Ryuichi Sakamoto, Wim Mertens y demás, tienen la obligación de dedicarle un tiempo a Nils Frahm y sus sonidos.
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jueves, 24 de diciembre de 2009

Ólafur Arnalds - Dyad 1909


Aunque Ólafur Arnalds semeje ser un artista presuntuoso –tanto más después de aquél proyecto exhibicionista que llevara a cabo bajo el título Found Songs–, lo cierto es que se lo puede permitir. Con sólo 18 años, en 2007 había dado plena muestra de su talento con su Eulogy For Evolution, y ahora, luego de liberar alguna que otra fastuosa reseña menor, acaba de regresar con ánimos de revalidar su nombradía. Dyad 1909 es el nombre que ha escogido para denominar al que es, pues, su segundo esfuerzo en formato largo.
Si bien las siete piezas que hacen a Dyad 1909 fueron compuestas para una obra de danza contemporánea, ello no debe mover a pensar que Ólafur se ha decantado por otros derroteros; por el contrario, de cara a la elaboración de su nuevo álbum el islandés siguió el mismo camino que transitara en Eulogy For Evolution, a punto tal que resolvió manipular fragmentos de temas de éste y, asimismo, reversionar otros. Musicalmente hablando, Dyad 1909 se podría abreviar como un viaje etéreo a más no dar, en el que los picos emocionales despuntan rayando los extremos con marcada exaltación; a veces con furor indómito, y otras, con arrebatadora pasión. Las sutiles melodías de piano en perfecta conjunción con las cadencias de los violines van hilando las sonoridades que delinean el trayecto, dejando entrever de vez en vez la intervención de la electrónica, la cual por fuerza y peso depara los mejores momentos, cosa que se evidencia a las claras en esos tracks de antología que son Brotsjor y Til Enda. Por lo demás, aquellos temas exentos de intervención electrónica consiguen igualmente encantar los sentidos, además de dar al álbum esos toques gráciles que sólo puede brindar el virtuosismo humano…
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Elizabeth Fraser - Moses


Luego de su tentativa frustrada de 2007, finalmente Elizabeth Fraser retornó a la palestra musical con un track dedicado a Jake Drake-Brockman, el ex teclista de Echo & The Bunnymen que, poco después de que sufriera un accidente vial, falleció el pasado 1 de septiembre. Titulado Moses, el single en cuestión fue íntegramente elaborado por Elizabeth y su compañero sentimental Damon Reece, quienes luego de ultimarlo lo terminaron publicando a principios de este mes vía Rouge Trade Records, de forma limitada hasta las novecientas copias.
La reseña cuenta de tres versiones a cuál más sugestiva. El tema original abre el single presentándose en clave trip hop exhibiendo delicadas resonancias étnicas propias de Oriente Medio, pero lo más destacable en él es, por supuesto, la voz de Elizabeth, a quien la herrumbre del tiempo parece no haberle infringido menoscabo alguno en sus cuerdas vocales. En la versión Thighpaulsandra se advierten ciertas tintes de cine, pero igualmente relucen por todo lo alto los vocales de la sueca, lo mismo que en el Spaceland Remix, adaptación en la cual el track original se deviene en orquestal, tornándose así ciertamente más orgánico aunque, por otra parte, también más etéreo y ensoñador.
Si bien a priori Moses puede parecer no ser demasiado para quienes llevan más de diez años esperando que esta náyade vuelva a prodigar sus canciones, lo cierto es que un par de escuchas y, marinos míos, ya pueden volver a extraviarse para el resto del viaje… En cualquier caso, la propia Elizabeth dejó abierta la posibilidad de que, de un momento a otro, se encuentre despachando un álbum de estudio bajo su propio nombre, por lo que no queda más que esperar dando oídos a este single…
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