El reggaetón nació en Panamá en los 70 y se extendió en América Central y toda América Latina como si de una peste mala se tratara. Unió elementos del reggae y raggamuffin exportados de Jamaica, el hip hop interpretado por latinos radicados en Estados Unidos, es decir en español, y el “¿entusiasmo?” latino. Si bien comenzó con cierta sobriedad, en los 90 se degradó principalmente por la degeneración que sufrieron sus letras y pasó a representar la decadencia de países decaídos; pero…, a nadie extraña la senda que se recorre de la pobreza a la miseria.
Hoy ya ha encontrado y asegurado su lugar, el Diablo sabrá hasta cuando, especialmente entre “jóvenes que van con la moda” como barcas sin mando… Muchos, los que en gran cantidad son adolescentes frívolos, argumentan que las letras no cuentan y además, como queriendo justificar lo injustificable, que en todo caso son divertidas y la cuestión es ésa: La diversión; de lo que se entiende que hasta encuentran una manera bonita de redefinir algo bien conocido como "placer en la auto-degradación". Actualmente el reggaetón ha sido censurado en distintos puntos del globo por su alto contenido de machismo, violencia y sexismo. En Tegucigalpa pretenden regular su léxico y temática, en Puerto Rico hay censura de temas y en España las feministas se quejan a los medios de comunicación que emiten canciones y videos del género, pero bien se entiende que no es necesario ser feminista para quejarse, sino que cualquier ser humano digno puede hacerlo con voz en alto y está en todo su derecho. Ahora bien…, tales denuncias no fueron hechas por jóvenes claro está, pero tampoco por contreras pedantes, sino por gente común y hasta fue objeto de estudio de sociólogos... Y siendo que se podría hacer incluso una “tesis doctoral” del tema, a nadie interesan las obviedades; mejor, cambio la letra y volvemos a la normalidad.
“The Bug”, y sí…, la primera impresión que nos genera es la de que se trata de un proyecto musical rastrero de “clase B”, y parece que algo de eso hay según la introducción, pero no... Se trata del propósito del londinense Kevin Martin, quien se inició en la producción musical en el 97 con una propuesta diferente... El hombre muestra en sus álbumes lo que él mismo tiene la oportunidad de observar en las pistas de baile en las que suena la “música” reggaetón: el ruido, la suciedad, la congestión, la conmoción cerebral y la seducción (de ser posible) encarnada en los voluptuosos movimientos de las caderas femeninas...
London zoo, representa la verdadera odisea que Martin atraviesa en una pista de reggaetón pero que traduce en su propuesta de manera decente: con temas casi reggaetón, pero sin serlo, y otros sombríos y asfixiantes como intentando reflejar la sensación de suciedad que siente luego de abandonar una pista “reggaetonera”. Ultima reseña de Ninja Tune que se anima a todo; música electrónica, mucho de dubstep y dancehall con la participación de los MCS de turno… Sonidos desconocidos para nosotros mismos, hacen acto de presencia en nuestra Suite.
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viernes, 27 de junio de 2008
The Bug - London zoo
Etiquetas:
Dancehall,
Dubstep,
Electronic
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3 comentarios:
Wow que descripcion de disco la verdad me ayuda a imaginar el sonido, gracias a tu blog lo voy a conocer un amigo dijo que es exelente
gracias por compartir
y desde mexico te digo que el regeton es una mierda en especial este tema deonde se ven ellos con carros, mujeres etc... para mi son como la mierda de gente que ves en el barrio que presumen tener el carro mejor arreglado,la novia cuando nada les pertenece mas que la alucion de ser mejor que otro para mi un puto
Muchas gracias el34ycuatro por dejar tu comentario, y para tu amigo también por invitarte a visitarnos.
En cuanto al reggaetón, te puedo contar que aquí en Argentina no existe esa cultura “reggaetonera” que bien se puede observar en los videos musicales del género. Debe ser duro tener que sufrir a tales personajes, y te compadezco de verdad tanto a vos como a los demás compatriotas tuyos, todos aquellos que sean del mismo sentir y tengan que sobrellevar sus vidas a la par de semejantes comediantes. Por lo demás, nosotros lidiamos con su equivalente encarnado en la estrella de la “cumbia villera”; y la verdad que no me hace gracia, y se me hace cuesta arriba el que tengan que existir estos bufones que ensucian todo lo que tocan con su grosería. Pero bueno… ya vendrán tiempos mejores, en los que la gente se haga gente.
Saludos para vos y para todo Méjico desde Argentina.
Soy de Costa Rica y la verdad me gusta que se hablen de temas así; de mi parte felicitaciones.
Un poco de historia:
Kevin Martin es conocido por trabajar en proyectos de corte electrónico con personajes como Justin K. Broadrick frontman del grupo Godflesh de Inglaterra, este proyecto en especial lleva el nombre de Techno Animal (se los recomiendo) y es denominado Hip Hop Industrial. Pero lo interesante de la historia es que Kevin Martin se interesa por el Dancehall y toda su cultura, y le pone ese sello que a fanáticos del industrial como yo nos hace vibrar. El proyecto The Bug posee una característica muy particular, los sonidos y las letras no son desechables o sexuales, sino más bien poseen un contenido político-social lo cual es muy rescatable en estos tiempos de guerra. Además en cuanto a los sonidos me parece que explora un sitio que aún está en pañales y que puede ser la manera más eficaz de darle un buen lugar al dancehall despues del hundimiento que a tenido este género con la propagación del reggaetón(to). En los noventa me gustaba escuchar Dancehall de la talla de General Degree, Beenie Man, Bounty Killer, Red Rat, Goofy y algunos otros que se podría decir transmitian ciertos impulsos al mejor estilo Gansta y en verdad aquí en Costa Rica era todo un éxito porque era la música de moda pero no se necesitaba tener las mejores ropas o los mejores carros para pertenecer a este grupo. Con el nacimiento del reggaeton(to) se dividen los grupos de fanáticos, algunos emigramos a estilos más underground como el industrial que posee sonidos eléctronicos sin caer en el "punchis punchis" y otros siguieron el camino de la perdición con el ya mencionado. Sin duda alguna me parece que The Bug y en especial este disco London Zoo marcan un hecho histórico ya que podemos ver que no todo está perdido aún y que este puede ser el comienzo de un nuevo estilo musical en donde se experimenten cosas reales y sobre todo con sentido.
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