Hope Sandoval & The Warm Inventions - Bavarian Fruit Bread

No recuerdo con precisión cuándo fue que descubrí a la cantante norteamericana Hope Sandoval, pero lo que sí sé, es que a partir de la primera escucha, su voz me conquistó indefectiblemente y para todo el “viaje”. Posiblemente lo mismo les haya ocurrido a ustedes, y es que se tiene que ser desmesuradamente insensible para que así no suceda. Sea como fuere, recientemente me vi revolviendo algunos discos y entre tanto rebuscar me terminé dando, de buenas a primeras, con esta maravilla en la cara; una obra extraordinaria que, al menos a modo de remembranza, quiero compartir con todos ustedes ahora mismo.
Cantautora única, de ésas que más conviene no comparar con nadie, Hope Sandoval se inició frustradamente a mediados de los ochenta, fundando la banda folk Going Home with Sylvia Gomez, la cual, en vida, nunca pudo ver su álbum debut en circulación, de modo que no a mucho se disolvió. Unos años más tarde Hope se unió a David Roback, de la agrupación Mazzy Star, luego de que la vocalista Kendra Smith la abandonara. De esta forma, ambos trabajaron juntos durante casi un decenio, forjando un buen puñado de tiernas canciones que además de embelezar a sus seguidores, también fueron parte de innumerables bandas sonoras de series y películas. De todas maneras, como si no les hubiese bastado con la inmensa calidad y cantidad de lo concebido, el proyecto Mazzy Star igualmente se dio por concluido, y pasó a formar parte de los más bellos recuerdos de los que saben recordar.
Con el comienzo del nuevo siglo la cantante eligió unirse, no sin buen tino, a un ex My Bloody Valentine, exactamente al baterista irlandés Colm O’Ciosoig. Su música como dúo, siguió la misma línea trazada en los proyectos anteriores de uno y otro, de modo que se remitió tanto al sonido de Mazzy Star, como al de My Bloody Valentine. La perfecta congruencia derivada del enlace de estos dos artistas valió, por tanto, para dar paso a un sonido por momentos espeso, sí, pero espeso de dulzura... Como entretejido con suavidad maternal, encontraremos guitarras a veces ligeramente alteradas pero siempre frágiles; arreglos orquestales y ambientales urdidos por ángeles y la voz de Hope Sandoval, que en ocasiones se puede asemejar a la de una tierna novia murmurando tristes o afectuosos secretos al oído de su bienamado…, todo, renunciando a plasmar un álbum soft rock de toques folk, acaso, inestimable. Bavarian Fruit Bread, firmado como Hope Sandoval & The Warm Inventions, es una maravilla que no se ve ni se verá perturbada por el paso del tiempo, ya que es inmutable en su apreciación, como toda gran obra.
Para todos los que de manera inaceptable no conocían a Hope Sandoval, y también para aquellos que les pasó como a los tontos, que tarde o temprano terminan por olvidar hasta el lugar donde ocultaron sus más preciados tesoros y han perdido este disco…, aquí, ambos, pueden conocer o recuperar un pequeño vestigio de la voz más dulce que escucharán jamás... De igual forma, no dejen de hacerse de todo lo que encuentren de esta mujer, que no se van a cansar nunca de darle oídos.

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